(…)Cada problema que se presenta, se convierte en nuestro maestro pues nos enseña no uno sino varias formas de solucionar. Esas soluciones se convierten en nuestros preciados secretos, en nuestros recursos para el viaje de la vida. A medida que envejecemos, la mochila en la que guardamos nuestras soluciones y respuestas se hace más y más grande: eso es lo que la gente llama “experiencia”.
Sin embargo, nada de ello realmente importa sé no ayudamos a otros, si no enseñamos a los que viajan con nosotros cómo solucionar ciertas dificultades que salen al paso durante el camino. Uno de los chicos arriesgó a preguntar:
_ Pero, dinos,¡¿No pesa demasiado la mochila que nos hablas? El anciano volvió a sonreír y dijo:_ ¿ Te pesa la cabeza y las piernas? , te pesa la sonrisa o las palabras? La mochila es parte de mi –explico- de la misma forma que lo son mi sangre y mis cabellos(…)
(Edgar Allan García – Cuentos Mágicos)
